La elaboración del duelo complicado. Reflexiones terapéuticas

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La elaboración del duelo complicado

Las muertes imprevistas, que suceden en circunstancias que catalogamos de injustas, donde nos sentimos impotentes, como si al llegar a un lugar para rescatar a su inquilino descubriéramos que hemos olvidado la llave, son las que más tiempo nos lleva elaborar en nuestra mente.

Worden, psicólogo, contempla cuatro fases a la hora de elaborar el duelo complejo: aceptar la realidad de la pérdida; trabajar con las emociones y el dolor que provoca; adaptarse a un medio donde la persona fallecida ya no está; reubicar emocionalmente a esa persona en nuestra memoria y seguir con la vida.

Hemos visto personas que durante décadas buscan una respuesta a un fallecimiento; hemos visto quien rompe a llorar, solicita un permiso en el trabajo, semanas después de una pérdida. Hace unos años, con motivo del suicidio de una paciente esporádica, que me contactaba cuando no había posibilidad de contar con su equipo habitual de salud mental, traté a su hermano. Las sesiones finalizaron cuando, durante una de ellas (por videoconferencia/terapia online), rompió a llorar, por él mismo, por su pesar, por su rabia, por el cúmulo de interrogantes que guardaba en su mente. Cuando el superviviente de la pérdida logra desarrollar un relato que dé cuenta de lo que sucedió, la sanación es posible; hasta entonces, el duelo se mantiene con las mismas variables que le atribuimos al estrés postraumático, a sobrevivir a una catástrofe.

Hasta ese momento, negaremos la pérdida, su significado, su irreparabilidad. Tendremos, además, olvidos selectivos; recordaremos lo que mantenga el fuego sagrado del duelo, evitaremos aquello que nos conforte y nos aproxime a lograr el cierre de la herida abierta. Si, además, consideramos que existían asuntos pendientes, un desacuerdo que no pudimos resolver, un abrazo que no dimos, una frase, una conversación pendiente, ese fuego se alimentará de las tareas inconclusas. Porque los seres humanos necesitamos cerrar situaciones para seguir con nuestra vida.

El duelo desde la psicoterapia

Desde la psicoterapia empleamos algunas técnicas que provienen de corrientes psicológicas diversas, para ayudar a las personas a superar el duelo complicado y transformarlo en duelo; en palabras de Sigmund Freud, el padre de la terapia hablada en el siglo XX (el padre de la terapia hablada es Platón, con la figura de Sócrates en sus diálogos), se trata de transformar el sufrimiento psicológico en malestar común.

silla duelo opentherapi

Entre ellas, el ejercicio de la silla vacía, procedente del psicodrama de Jacob Moreno, es un elemento que, en realidad, muchas personas emplean durante su pesar, consiste en hablar con el fallecido. En psicoterapia, a diferencia de lo que cada persona doliente realiza en su intimidad (hablando con mamá, papá, su pareja, su vástago, mientras cocina, friega la vajilla, repasa los objetos que le recuerdan la pérdida), nos valemos de una silla para formalizar la conversación, para hacer tangible la situación de hablar con la persona fallecida, externalizando el discurso. Es una herramienta poderosa, que facilita expresar y articular el pensamiento, completar esa conversación pendiente, de manera ritual.

Otra herramienta que empleamos es un entierro metafórico, sustitutivo, de cierta complejidad terapéutica, pero que rinde buenos resultados en materia de alivio. Para ayudarnos a comprender esta técnica, piense en alguna escena donde un grupo de personas se reúnen para esparcir cenizas, enterrar una urna que las contenga, plantar un árbol en memoria de alguien, hacer ese viaje corto a un lugar donde la persona finada disfrutara durante su vida.

Por último, una herramienta a disposición de todas las personas es escribir; una carta, un diálogo, un relato; el psicólogo Ira Progoff creó un modelo de escritura del que los psicoterapeutas podemos extraer instrucciones y maneras de orientar en la escritura para incrementar su validez terapéutica. Uno de los libros más conocido a propósito de la elaboración del duelo procede de la escritora Joan Didion. La lectura de obras que suavicen nuestro pesar al compartirlo con alguien en quien reconocemos nuestros sentimientos es balsámico.

El duelo dura hasta dos años, según la relación con la persona fallecida, la calidad y la intensidad del vínculo y si la muerte ha sido anticipada: por la edad provecta, por una enfermedad de larga duración, por intentos autolíticos previos, porque las condiciones de vida de esa persona nos hacían temer que podría suceder. El duelo complicado, por contra, a veces no termina. Por ello, la psicoterapia es el principal baluarte a la hora de superar ese malestar que convierte la vida en un valle de lágrimas. Con ayuda psicológica adecuada, el camino se transita de otra forma, la vida que espera al final del duelo se aproxima con otra velocidad, la esperanza se torna fuerte.

 

Bibiliografia

José Ignacio Cruz Gaitan, Michel André Reyes Ortega, Zenyyazenn Ivonne Corona Chávez, 2017. Duelo; Tratamiento basado en la terapia de aceptación y compromiso, ACT. Ciudad de México. Manual Moderno.

Joan Didion, 2006. El año del pensamiento mágico. Barcelona. Global Rythm.

John William Worden. 2009. Grief Counselling and Grief Therapy. 4th edition. New York. Springer Publishing.

Ira Progoff, 1975. At a Journal Workshop. New York. Jeremy T. Tarcher /Putnam.

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