En las redes sociales no todo es lo que parece ser. Mucho se habla que la comunicación digital está desplazando a la comunicación “cara a cara”. Sin embargo, el tema va mucho más allá. El uso de las tecnologías pareciera estar ideando un patrón “del hombre y la mujer perfecta”. Una “vida perfecta” basada en la creación de un perfil social. ¿Sabías que el uso de las redes sociales puede afectar la autoestima teniendo mayor incidencia en los jóvenes?
Un caso muy sonado de cómo afectan las redes sociales en la autoestima fue el de la modelo Essena O’Neill. Decidió eliminar gran parte de su contenido en Instagram por considerar que estaba bajo el engaño de una vida virtual mostrando imágenes editadas. Publicó un vídeo en el que confesó sentirse sola y ansiosa. Además, resaltó que la verdadera felicidad radica en sentirse bien con sigo misma y su entorno.
Lo virtual sobre lo real, la felicidad sobre la inseguridad
Hay que decir que no existe la tecnología buena y la tecnología mala. Ni mucho menos las redes sociales buenas y las redes sociales malas. Todo depende del cristal con que se mire. Twitter, Facebook, Instagram, Pinterest, Snapchat y YouTube, han logrado una revolución digital. Han impulsado un nuevo mundo de profesionales como influencers, comunity managers y bloggers –por citar algunos–. Pero, a su vez, han desatado el “cyberbullying”, la otra cara de la moneda.
Los expertos señalan que el uso de las redes sociales está asociado con el aspecto psicológico y emocional de las personas. Hasta el punto de incidir en la forma de cómo perciben al mundo. La interacción entre los seres humanos se está volviendo más tecnológica que personal. Los abrazos, los besos y las caricias son sustituidos por comentarios, likes y follows. Esto repercute de forma negativa en aquellas personas que padecen de depresión, en las que el contacto con sus seres queridos es vital. Así como en los jóvenes, que son más susceptibles de creer tener una vida simple y aburrida por no tener los lujos que muestran sus seguidores en las redes sociales. Esto genera un sentimiento de rechazo a sí mismos y complejos por “no tener una vida perfecta”.
Redes sociales y el comportamiento
Las redes sociales y el comportamiento también están relacionados con aspectos negativos como el sentimiento de inferioridad. Algunos jóvenes pueden crear sus perfiles en las redes sociales para intentar suplir lo que en la vida real no poseen. Teniendo así una la falsa percepción de aceptación social. A mayor número de seguidores, mayores son sus amigos, o eso creen. Un patrón de conducta común en las redes sociales es que nunca –o rara vez– publican sus momentos de fracasos o de tristezas. Verse vulnerables no está permitido en el mundo digital.
“Una foto para el Facebook” es una frase muy frecuente en jóvenes que nacieron a partir del 2000, en plena era digital. Son denominados “los millenial”, los nativos de internet. Sin embargo, los mayores de 40 años prefieren comunicarse por las vías tradicionales sin dejar a un lado la tecnología. Estar a la vanguardia, sobre todo en cuestiones de trabajo, no está de más.
¿Cuáles son las publicaciones más frecuentes de las personas con baja autoestima?
- Selfies de cada momento de su vida cotidiana. Bien sea durante su tiempo de estudio, de trabajo o de una reunión social.
- Fotografías y contenidos que van dirigidos a una persona o a un grupo específico. Normalmente en un tono de indirecta para no enfrentar ciertas situaciones.
- Unirse a las tendencias en las redes sociales como juegos, retos o el uso de filtros sin tener conocimiento de sus consecuencias.
- Tener muchos seguidores en sus cuentas personales y conocer a poco. Esto evidencia su timidez para tener contacto con las personas reales.
- Exhibir sus gustos y sus gastos de forma consecuente.
- Dar “me gusta” a sus propias publicaciones.
Las redes sociales y el efecto en la salud mental
- Una encuesta publicada por la Sociedad Real de Salud Pública reveló que solo YouTube tiene un efecto positivo en las personas.
- De una población de 1.479 británicos, en edades comprendidas entre los 14 y 24 años de edad, afirmaron que el uso de las redes sociales influían en su salud mental. Mermaba su calidad en el sueño, la apreciación de su imagen corporal y por la exposición al acoso virtual.
- Según dicho estudio, Facebook y YouTube roban el sueño a los jóvenes. Twitter lo hace en menor medida.
- Instagram es la red social más dañina en relación a la salud mental de los jóvenes. Seguida de Facebook, Snapchat, Twitter y YouTube, en este mismo orden.
¿Qué sugieren los psicólogos a la hora de hacer un buen uso de las redes sociales?
- En el caso de ser padres de menores de edad que dispongan cuentas en las redes sociales lo primordial es establecer normas y un horario para revisar las plataformas digitales. La supervisión es fundamental.
- En el caso de las personas adultas también resulta importante el establecer horarios para utilizar sus redes sociales. Después de la jornada laboral o de cumplir con las responsabilidades del hogar.
- Los psicólogos señalan que las redes sociales estimulan ciertas funciones del cerebro: el deseo sexual, la comparación, la no aceptación y la autoeficiencia. Por lo que aconsejan no compartir contenido vulnerable ni seguir cuentas que puedan afectar la percepción de una “vida normal”.
- La marea no siempre va en contra. Si bien es cierto, las redes sociales han ayudado a las personas a la hora de comunicarse. Escribir y captar imágenes son formas sanas de expresar sentimientos siempre y cuando no dañen a terceros.
- Recomendación: las redes sociales son solo canales de comunicación e interacción. Se debe evitar a toda costa tomarlas como un modelo que influya en el estilo de vida.